Machiavelli, Niccolò

Discursos de Nicolao Machiaveli. Dirigidos al muy alto y poderoso Señor don Philippe Príncipe de España nuestro Señor

traron en el templo de Juno, y allegándo-
se algunos a su imagen, y diciéndole. «

Vis
venire Romam?», pareció a algunos que la
imagen hiciese señal como que amaga-
ba, y a algunos otros, que ella dijese que
sí. Porque siendo aquellos hombres llenos
de religión, como lo dice Tito Livio

porque
a la entrada del templo, entraron sin ha-
cer ruido alguno, y con silencio devoción
y reverencia, y les pareció de oír aquella
respuesta, que a su demanda por ventura
se habían presupuesta, la cual opinión, y
creencia de Camilo, y de los otros prínci-
pes de la ciudad fue del todo favorecida, y
acrescentada, la cual religión si en los prín-
cipes de la república Christiana, se hubiera
mantenido y guardado, según que del da-
dor della fue ordenado y mandado serían
los estados, y las repúblicas cristianas más
uñidas, y más felices, de lo que ellas son, ni
podemos ver otro mayor indicio de la de-
clinación della, como es, ver aquellos pue-
blos, que están más cercanos a la iglesia Ro-
mana, cabeza de nuestra religión, tienen
menos religión. Y quien considerase sus

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