Machiavelli, Niccolò

Discursos de Nicolao Machiaveli. Dirigidos al muy alto y poderoso Señor don Philippe Príncipe de España nuestro Señor

gran ruido llamándole soberbio, cruel, y
arrogante. E pidiendo Pacuvio, que nom-
brase un subcesor luego callaron todos.
Y dende a poquito nombraron a un plebeyo
y en oyendo su nombre, los unos en co-
menzaron a silbar, los otros, a reír, unos a
decir mal dél en una manera, otros en o-
tra. Y si andando siguiendo de uno en otro
todos los que eran nombrados, juzgaban
que no eran dinos ni merecían el grado
Senatorio. Por manera que Pacuvio sobre
esta ocasión, dijo,

«pues que vosotros juz-
gáis, que esta ciudad estaría mal sin Sena-
do, y que para hacer los subcesores a los
Senadores viejos, no os concertáis, me pa-
rece que sería mejor que fuésedes ami-
gos, porque este miedo en que han estado
los Senadores los habrá hecho humillar en
tal manera, que la humanidad que voso-
tros buscávades en otro cabo la hallaréis
en ellos». Y veniendo todos en esto subce-
dió dello la unión de aquella orden, e aquel
engaño en que estaban, se descubrió, en sien-
do constreñidos de venir a las particu-
laridades. Demás desto los pueblos se en-

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