Machiavelli, Niccolò

Discursos de Nicolao Machiaveli. Dirigidos al muy alto y poderoso Señor don Philippe Príncipe de España nuestro Señor

frenar una multitud concitada cuanto es
la reverancia de algún hombre grave, y
de autoridad, que se les ponga delante,
y no sin causa, dice Vergilio. «

Tum pietate
gravem, ac meritis, si forte virum quem conspe-
xere, silent, arectisque auribus astant». Por tanto,
el que tiene cargo de un ejército, o el que
se halla en una ciudad, en la cual se levan-
tase algún ruido o alboroto, debe de ha-
cer rostro con la mayor gracia, y más hon-
roso que a él sea posible, ataviándose de
aquellas insignias, que su grado tiene, por
hacerse más reverenciado. Estaba pocos
años ha Florencia dividida en dos bandos,
el uno Frailesco y el otro, Raviolo (que así
los llamaban entonces) y veniendo a las
armas y habiendo sido vencidos los frailes-
cos entre los cuales había Pablo Antonio So-
derino, ciudadano que en aquellos tiem-
pos era tenido en gran reputación, y yen-
do en aquellos alborotos el pueblo arma-
do a su casa para la saquear. Francisco. Soderi-
no su hermano que era entonces Obispo
de Volterra y agora Cardenal, se halló a
dicha estar entonces en casa, el cual oyen-

pagina successiva »

p. 127v