Machiavelli, Niccolò

Discursos de Nicolao Machiaveli. Dirigidos al muy alto y poderoso Señor don Philippe Príncipe de España nuestro Señor

no Romano que los tornase a ordenar, y
a poner en paz. Y deste ejemplo los An-
ciatos, siendo movidos y constreñidos de la
misma necesidad pidieron también ellos un
perfecto. Tito Livio dice sobre este acci-
dente, y sobre esta nueva manera de Im-
perar. «

Quod iam non solum arma, sed iura Ro-
mana polebant». Por tanto está visto cuánta
facilidad puso esta manera en el augmen-
to Romano. Porque aquellas ciudades, y
especialmente las que están duechas de
vivir libres, o consuetas de se gobernar
por mano de hombres de su provincia,
con otra quietud, están contentas debajo
de un señorío que ellos no veen (aunque
él tenga en sí algunas pesadas imposicio-
nes) que no debajo del que cada día veen
y les parece, que les dan en rostro a cada
hora con la servidumbre y subjeción. Y lue-
go tras esto se sigue dello otra cosa mejor
por el Príncipe que es que no teniendo
sus ministros, a los juicios en su manos, y a
los oficios que civil, y criminalmente ha-
cen justicia en aquellas ciudades, nunca
puede subceder, que haya sentencias en per-

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